Nuestra aventura en moto por Marruecos comenzó con la llegada a Rabat, donde recorrimos sus avenidas majestuosas y nos dejamos sorprender por la imponente Kasbah de los Udayas y la histórica Torre Hassan. Tras esta primera toma de contacto con la cultura marroquí, emprendimos el camino hacia el sur en dirección a Marrakech, donde la vibrante plaza Jemaa el-Fna nos recibió con su inconfundible bullicio de sonidos, colores y aromas.


Desde Marrakech nos adentramos en el Atlas, enfrentándonos al desafiante Col du Tichka, un paso de montaña que nos puso a prueba con su trazado serpenteante y sus paisajes de postal. La travesía hasta Ait Ben Haddou nos recompensó con la majestuosidad de su histórica kasbah, un escenario que parecía sacado de otra época. Siguiendo la ruta, nos dirigimos a Kalaat N’Gouna, donde el verde del Valle de las Rosas contrastaba con los tonos ocres del desierto cercano, regalándonos una de las carreteras más pintorescas del viaje.



El desierto de Merzouga fue, sin duda, uno de los puntos álgidos de nuestra ruta. Tras kilómetros de asfalto, la inmensidad de las dunas nos dejó sin aliento. Dejamos las motos por un momento para subir a dromedarios y experimentar la magia del Sahara con una puesta de sol inolvidable. La travesía continuó hacia Midelt, cruzando el majestuoso valle del Ziz, donde las montañas y los oasis se entrelazaban en un paisaje cambiante y fascinante.


Más al norte, la histórica Mequinez nos recibió con su ambiente relajado y su impresionante Bab Mansour, una joya arquitectónica que reflejaba el esplendor de esta antigua ciudad imperial. El viaje culminó en Chefchaouen, la icónica ciudad azul, donde sus callejuelas empedradas y su atmósfera tranquila fueron el escenario perfecto para cerrar nuestra ruta.
Cada kilómetro recorrido nos regaló experiencias únicas, desde la emoción de la carretera hasta la hospitalidad de la gente y la belleza de los paisajes. Marruecos nos sorprendió en cada giro del camino, dejándonos recuerdos imborrables y la certeza de que esta no será nuestra última aventura sobre dos ruedas en este fascinante país.